
Ante todo, la incomprensión. Voy a explotar, el tercer largometraje de Gerardo Naranjo nos presenta la historia de dos jóvenes, uno, Román , rebelde, excéntrico, hijo de un político corrupto, la otra, Maru, con problemas con su madre, hastiada. La historia comienza con el descubrimiento de el diario de Román, donde relata como mataría a los sacerdotes que le dan clase, hecho que le trae la expulsión de la escuela y su mudanza a la ciudad de Guanajuato. Ahi conoce a Maru, iniciando una atracción, que progresará con la fuga de ambos, no a un lugar lejano físicamente, aunque desde hace tiempo estos adolescentes se han fugado de toda relación con sus seres cercanos, sino a la azotea de la casa de Román, prosigue el sexo, litros de alcohol, el libertinaje, el reconocerse enamorados, amor, que como cualquier amor , acaba en una tragedia, aunque no por eso exento de su dosis de cursilería. Nos encontramos con un filme, que refleja la incomprensión en que viven inmersos muchos jóvenes, ya sea por no actuar de acuerdo a lo establecido o simplemente a la incapacidad que tenemos los humanos de comunicarnos y tolerar las diferencias, estos adolescentes quieren escapar de la opresión externa (Maru con respecto a su madre) e interna (Román que es un inadaptado por naturaleza), pero la vida es una buena detective, halla y devasta.
Buena película, verdaderamente la disfrute (aparte tiene, uno que otro toque humorístico).
Imagen tomada de http://voyaexplotar.blogspot.com/
Buena película, verdaderamente la disfrute (aparte tiene, uno que otro toque humorístico).
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